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Leiden, Nederlands
fuente: www.let.rug.nl/.../
Cicla, cicla, bicicleta.
Se trata de salir de la casa en búsqueda de una bicicleta, porque andar sin ella es mostrarse extranjero. Y nadie quiere ser extranjero. No de esa manera.
Así que camino a paso rápido, rescato la bicicleta de C. (ayer lo había intentado pero, cosas que pasan, me llevé la llave del candado que no era) y regreso en ella, sintiéndome como un verdadero neerlandés. Es más elegante que la mía, voy sentado leyendo letreros de sentido incierto e intentando esquivar todos los desniveles. Vale la pena.
Después de tratar de entener un formulario en alemán, cambio a mi bicicleta y voy a la biblioteca a recoger libros y ver a A. Salimos caminando, ahora como un local que brinda hospitalidad a un extranerjo: el solo, yo con mi bici. Soy el rey de Leiden, el staathouder, alguien que sabe qué ocurre. Bueno, aunque al pedir las cervezas sea A. quien hable en el idioma local y yo en la linga franca.
Más bici, con C., a imprimir lecturas, llamar al D. con datos de unos compus, leer anuncios de habitaciones para tantos que buscan (A., R., otra A., quizás N. y N.) y de vuelta a las dos ruedas. La elegante de C. está empezando a molestar; no sé si es un piñón o la cadena. La mía, de holandés rechazado o rebelde, anda bien pero suda a extranjero. No sirve.
1 comentario:
En un resumen del bloomsday total aparecerían como motivos principales los gatos y las bicicletas. No aparecen en el Ulises. Debe ser el signo de nuestro tiempo.
Perdona el retraso en agradecerte tu colaboración.
un saludo
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