jueves, 18 de junio de 2009

Sachsenhausen 3

Y todo ello queda en la vida, en el presente, en los recuerdos que luchan contra el lento olvido.

(Si se tratara de una metáfora, ya no sé si la llovizna sobre Sachsenhausen son los recuerdos que se niegan a dejar secarse la sangre en el suelo o si las gotas son los intentos de negar, de minimizar, de relativizar, de explicar)

Rosas de recuerdo a prisioneros políticos, a judíos, a miembros de la resistencia de muchos países que fueron encerrados en la cárcel del campo y allí murieron.













Visitas guiadas para no olvidar, con banderas de Israel, donde la política de Estado parece ser olvidar, no perdonar y no aprender. Convertirse en racistas hijueputas contra otro pueblo. Menos mal allá también hay divergencias políticas y resistencia.

Estatuas, velas, monumentos, placas que recuerdan.

Y el recuerdo más grande y más vivo de todos: Sachsenhausen.

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